viernes, diciembre 10, 2010

De nudismo y Moral (Parte 3)

Hasta ahora los hombres estamos quedando bastante mal parados, pero con la llegada de la religión la cosa se puso peor.

(Continuará…)

Las religiones nacen para explicar todo aquello para lo cual no se tienen respuestas. En religiones más primitivas se entregaban sacrificios a los dioses para, por ejemplo, tener una buena cosecha; Los representantes de los dioses en la tierra seguramente eran hombres ya que daban gran valor, como objeto de sacrificio, a las mujeres vírgenes.

El antiguo testamento, sirve como base de religiones cristianas y el judaísmo.

El antiguo testamento, en su primer capítulo, ya clasifica a la mujer como inferior al hombre. Nótese que a pesar de que todos venimos de una mujer (la madre), el primer hombre sobre la tierra, Adán, no lo hace, si no que es creado por Dios con polvo. Esto me hace reflexionar: si el plan de dios era crear un mundo lleno de sus hijos, ¿No habría sido más lógico crear primero una mujer para que ella diera a luz al resto?… después de todo, no habría sido la única virgen embarazada del libro…

Pero no, dios creó al hombre sólo. Todo el resto de los animales si tenía pareja para multiplicarse, pero el hombre no.

Fue sólo después que Adán vio que todas las criaturas tenían parejas, que Dios “le hizo una compañera”… nótese que, según la biblia, Dios no hizo al hombre y a la mujer como iguales, dios hizo al hombre y después, al hombre le hizo una compañera, la mujer….

Es como si yo tengo 2 perros, pero el segundo no lo adquiero para que sea mi mascota, si no que para que acompañe al primero que se siente sólo mientras estoy trabajando… como si el segundo perro es la mascota del primer perro.

No solo eso, Dios no tomo polvo como al crear al hombre, si no que le sacó una costilla a Adán (o sea que cuando dios creó al hombre, ¿tenía más costillas a un lado que al otro?...) y con la costilla de Adán hizo a Eva. En todo caso, Eva es el nombre que le puso Adán después del condoro de la manzana, porque según la Biblia (Genesis 2:23) ”Esta…” (por Eva) …”Será llamada Verona, porque del varón fue tomada”

Lo que sigue es conocido por todos: viene la serpiente que engaña, no al hombre si no que a la mujer, para que se coma el fruto prohibido, y luego es la mujer la que hace que el pobre e inocente Adán también coma de ese fruto. (Ya)

Existe un mito judío que habla de Lilith, según el mito Adán sí fue creado con una compañera igual, hecha de polvo como Adán; Su nombre era Lilith, pero ella se sentía ofendida con la posición sexual que le pedía Adán (la del misionero).

«¿Por qué he de acostarme debajo de ti? —preguntaba—: yo también fui hecha con polvo, y por lo tanto soy tu igual»

Adán trató de obligarla, por lo que Lilith se enojó y abandonó a Adán.

Lo interesante de esta leyenda Judía, es que Lilith es la primera feminista, la primera en proclamarse igual al hombre, sin embargo el mito dice que después de esto ella se fue a vivir con demonios y que tiene millones de hijos porque toma todo el semen desperdiciado ya sea por poluciones nocturnas o en masturbaciones. O sea, incluso siendo un personaje ficticio mitológico, es una mujer que sólo por no querer someterse al hombre fue “demonizada” y asociada al pecado sexual.

Aunque hay muchos que creen en la biblia como algo literal, hay otros muchos que creen que debe ser interpretada. Ahora que la teoría de la evolución es aceptada incluso por católicos, existe la interpretación de que comer la manzana representa la pérdida de la inocencia sexual:

Génesis 2:25: “Y estaban ambos desnudos, Adán y su mujer, y no se avergonzaban…
Génesis 3:7 (justo después de comer la manzana) “Entonces fueron abiertos los ojos de ambos, y conocieron que estaban desnudos; Entonces cocieron hojas de higüera y se hicieron delantales.”
Génesis 3:9-12 “Mas Jehová llamó al hombre y le dijo ¿Dónde Estás tú?, y él respondió: Oí tu voz, y tuve miedo porque estaba desnudo y me escondí. Y Dios le dijo: ¿Y quién te dijo que estabas desnudo? , ¿Has comido del árbol de que te mandé no comieses?, Y el hombre respondió: La mujer que me diste por compañera, me dio del árbol y yo comí.”

Si interpretamos esto desde el punto de vista de la inocencia sexual, Adán y Eva andaban desnudos sin conciencia de sexualidad ni morbo, el acto de comer la manzana representaría la conciencia de la sexualidad, y ya desde el 3º capítulo de la Biblia, se culpó a la mujer por ser objeto de deseo del hombre. “Ella me tentó”, “Ella me ofreció la manzana”, “no es culpa mía como hombre, fue la mujer que me diste por compañera”

La mujer se convirtió en la culpable del sexo

Esto de culpar a las mujeres del deseo del hombre es algo bastante común. Si bien está en el libro base de judíos y católicos, también está presente en otras religiones, no olvidemos que en países del medio oriente matan a las mujeres infieles, y que ser víctima de violación califica como infidelidad.

Esto pasa no sólo en religiones. Los machistas extremos no necesitan de la biblia para culpar a mujeres víctimas de violación de haber “provocado” al violador por su vestimenta o comportamiento previo al delito.

El problema, es que dependiendo de cuan necesitado este el tipo, el término provocando puede abarcar demasiado. Así tenemos a sociedades donde si una mujer muestra el cuello o su rostro es inmoral: El pobre e inocente hombre no quiere engañar a su mujer… pero se le hace tan difícil con tanto cuello sexy provocándolo

En el Siglo X todo empeora, cuando a las cabezas de la iglesia más poderosa se le ocurre que sus curas deben ser célibes. Las razones eran más bien políticas y económicas que de fe. Era el tiempo de las cruzadas y no era práctico un religioso casado porque no podría ir a la guerra, o que si moría dejaría la herencia a su familia en vez de a la santa iglesia.

Esta prohibición produjo curas muy calientes, y no lo digo como ofensa, imagínense: recién doblándole la mano al instinto para convertirnos en monógamos y ya queremos obligar a algunos a ser ningunógamos, convirtiéndolos en personas que van en contra del instinto más poderoso de la naturaleza que es el de mantener la especie.

Pero la religión cambió el sentido de la vida. Ya no es “conservar la especie”, ahora es “sufrir en este mundo para ganar la felicidad eterna en el otro”.

Si para la iglesia, el sentido de la vida no es conservar la especie, la reproducción es algo puede ser opcional, por lo tanto cualquiera podría decidir no reproducirse…
Ahora, si esto es lo que quiere Dios y aún así sientes “tentaciones” para “no hacer su voluntad”, entonces esas tentaciones sólo pueden tener un origen: “El Diablo”…
el resultado de la ecuación no es difícil de adivinar:

Un cura sin sexo siente necesidades naturales y lógicas de todo ser vivo.
Al ver a una mujer su cuerpo reacciona,
Al intenta ir contra su naturaleza con fe no resulta, aún tiene deseos…
¡pero que le dijeron era pecar! ,
¿De quién es la culpa de lo que el pobre cura siente?...
¿De sus superiores que le ordenaron hacer algo que va contra su naturaleza?,
¿De él mismo por no poder controlar su cuerpo?...
No, la culpa es de la mujer por ser un instrumento del demonio para hacerlos pecar…

De hecho habían mujeres tan, pero tan instrumentos del demonio, que por mucha agua fría con que el curita se bañara, igual seguía con ganas… por lo tanto se llegó a la solución más práctica (para el cura): Quemarlas.


Claro, porque si se prestan para tan diabólica misión como es el de tentar a curitas inocentes, no pueden ser otra cosa que brujas que se acuestan con el diablo. Por lo tanto, lo que hay que hacer con todas esas brujas que despiertan deseos en los curas es quemarlas… (Luego se agregarían otros medios de prueba como: “Su cosecha es más grande que la mía, debe ser bruja” o hasta un creíble “La he visto volar en su escoba”)

En todo caso, para asegurarse de no quemar a inocentes, las torturaban hasta que confesaran, porque si no son brujas Dios les dará la fuerza para aguantar la tortura.

…Y al otro lado de la moneda, las mujeres más tapadas, las que ocultaban con ropa cualquier forma que pudiera hacerlas deseables, eran consideradas mujeres buenas, santas, morales e intachables (para los ojos de los curas calientes). En conclusión, la iglesia “premia” a las mujeres por verse menos deseables en contraposición a las otras que son consideradas brujas, por culparlas a ellas de ser objeto del deseo masculino.

(Concluirá…)

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