jueves, febrero 26, 2015

Mi cirugía Bariátrica 2

El "problema" del hipotecario.

Llegó un momento de la vida en el que mis antecedentes comerciales estuvieron lo suficientemente limpios como para ser un sujeto de crédito interesante para los bancos, momento preciso para dejar de gastar en arriendo y comenzar a invertir en una propiedad...
Porque la plata para pagar el techo uno la tiene que tener igual, por mi yo hubiese comenzado a pagar un dividendo hace 10 años, cuando comencé a arrendar, pero en ese entonces no era "atractivo" para los bancos.
Pero ahora era distinto, los bancos me llamaban para ofrecerme deuda y yo podía utilizar las diferentes propuestas para negociar rebajas de tasas y obtener un mejor trato.
Finalmente, el banco que me ofreció el dividendo más bajo fue el Itaú, por lo que comencé el proceso del hipotecario con ellos.
Ya llevaba varios meses de tramites, y muchísima plata en gastos operacionales cuando surgió un problema.
Por ley, todos los créditos hipotecarios deben tener asociado un seguro de desgravamen; pero la compañía de seguros con la que trabaja el banco no quiso asegurarme debido a mi peso.

Sin un examen médico ni de laboratorio, sin siquiera verme personalmente.. sólo por el peso declarado en un formulario yo no era "asegurable".

El banco intentó con "la otra compañía" mientras que yo intenté por fuera con BICE Vida... el resultado fue el mismo. nadie quería asegurar la vida de un gordo, por lo que no se podía otorgar el hipotecario.

Aunque patalee, con el Itaú sólo conseguí recuperar el dinero de los gastos operacionales. Posteriormente, el Santander, luego de que su corredora de seguros solicitara informes médicos y exámenes, si me aseguró, aunque dobló el valor de la prima por el "riesgo de muerte prematura" asociado a mi obesidad; es decir, del total de mi dividendo cerca de $7.200.- corresponden a la sobreprima que me cobran por ser obeso... eso en 20 años suma $1.728.000.- extras (y en UF) sólo por mi obesidad.

¿Y si el día de mañana quiero comprar otra propiedad?... ¿o contratar un seguro de vida?
Una cosa es tener problemas para comprarse ropa, pero otra es no poder elegir el banco para un hipotecario.
El tener que sentir la humillación de que a pesar de tus capacidades, de tu intachable comportamiento financiero por años, te nieguen el acceso al derecho de comprar una casa por ser demasiado gordo es algo fuerte; y aunque probablemente tarde o temprano hubiese tomado igual la decisión de operarme, este tema definitivamente apuró las cosas.
Pero todavía no estaba 100% decidido.

(continuará...)

* Entrada de mi blog sobre el problema con el hipotecario

miércoles, febrero 25, 2015

mi cirugía bariátrica 1

Introducción
Estando en un momento en que es altamente probable que me efectúe una cirugía bariátrica, y después de haber leído otros blogs de personas en las mismas circunstancias, he decidido también escribir mi experiencia.
Otros blogs que he leído se concentran más en la "experiencia personal" que en los "datos prácticos", que es justamente lo que me interesa compartir (y lo que yo buscaba y no encontré).
Todo lo que escriba sobre este tema irá aquí, en mi blog de toda la vida; pero también estará en un nuevo blog dedicado solamente a esto: http://micirugiabariatricacl.blogspot.com 


Antecedentes y La Decisión

Desde niño fui muy gordo y eso marcó mi relación conmigo mismo.
Dicen que si uno no se quiere nadie lo hará... y yo creía quererme, pero en el fondo sabía que (como dijo el comediante Malo Martínez*), "ni yo pololearía conmigo, ¿como le iba a pedir eso a otra persona?"

Este problema de autoestima me hizo perderme de mucho de lo que se vive en la juventud, y me acompaño hasta pasados los 30; sin embargo lo superé y me acepté. En parte, gracias a mi experiencia de "nudista" (pero eso está en otro blog) y en parte gracias a identificar el "trauma" de infancia que originó el problema.

Por lo tanto mi decisión de la cirugía no tiene que ver con un tema físico o de no estar conforme con mi cuerpo.  No me interesa cambiar la forma en que el mundo me mira, porque cuando cambié la forma de mirarme y me acepté con todos mis defectos, dejó de importarme la forma en que me ve el resto.

A los 18 años comencé a fumar. Yo sabía que era malo y que me hacía mal, pero comencé con ese vicio en una época oscura de mi vida. Estaba deprimido y por eso me hice daño conscientemente. Probablemente fumar, luego de haber sido una persona abiertamente en contra del tabaco, era una forma de castigarme; el problema es que cuando la depresión pasó, el vicio quedó.
A pesar de fumar una cajetilla diaria por tantos años, el cigarro no me provocó daños evidentes de salud, sin embargo yo no estaba feliz con la perdida de voluntad que conlleva el cargar con un vicio.
Me refiero a decisiones irracionales como salir a fumar a la calle en días fríos de lluvia, porque no se puede fumar adentro (en vez de quedarse calentito sin fumar), o vestirse y salir a comprar cigarros a las 4 de la madrugada.
En 2011 me di un plazo de dos años, y como no hay deuda que no se pague, ni plazo que no se cumpla en Octubre del 2013, y gracias al apoyo de un gran doctor de Clínica Las Lilas, comenzó mi sacrificio por dejar de fumar.

Yo sabía que el siguiente paso, por un tema de salud, en algún momento tenía que ser adelgazar.
No asumí los dos "retos" simultáneamente, ya que aumentarían mi riesgo de fracaso. "Si me exijo mas de la cuenta, voy a tirar la toalla y voy a terminar gordo y fumando" pensaba.
El doctor me dijo que luego de un año se podía considerar exitoso el tratamiento para dejar de fumar. Por lo que me dí un plazo de un año para volver a evaluar el tema de la obesidad.

Pero mucho antes de que pasara el año... incluso antes de 6 meses, ya había subido 4 kilos producto de la abstinencia al tabaco; es decir, de mis 124 iniciales pasé a 128... A ese paso iba a llegar al año en una condición mucho mas difícil de revertir, por lo que efectué mi primer cambio de hábitos: Cambié el azúcar de mi casa por stevia, las coca-cola por coca-cola light, reduje la cantidad de días a la semana en que almorzaba chatarra, reemplazándolo por menús ejecutivos con ensalada (antes nunca comía ensaladas) y dejé los desayunos de "La Selecta" con cafés de maquina (con leche) y pastelitos.

A pesar de todas esas medidas correctivas, seguí aumentado hasta estabilizarme el rededor de los 133... pero en un momento (después de fiestas patrias) llegué a pesar 136 kilos.

Los Problemas Prácticos de ser Gordo

Dije anteriormente que me acepté y que no tengo problemas con mi cuerpo y que no me importa como me miren los demás...
Pero aunque me de lo mismo lo que piensen los demás de mi obesidad, hay cosas que me afectan directamente.
Por ejemplo, la ropa.
Nunca use camisas sport porque estas no vienen en tallas con números y la XL es mas chica que las camisas de vestir de la talla que tenía antes de dejar de fumar y que era 18; que dicho sea de paso, es la talla mas grande que venden en las multitiendas.
El 2014 pase por la talla 18 1/2 y llegué a la 19. Quedé con camisas prácticamente nuevas y de buena marca talla 18, guardadas "para cuando baje de peso"... cosa que no pasó...
Ahora ya no puedo comprar mis camisas en multitiendas, ni tampoco pueden ser Van Heusen, mi marca de toda la vida... ahora solo puedo comprarlas en Arrow, que es el único lugar donde encuentro 19(y con muy pocos diseños para elegir)...
Lo mismo con los jeans. por años compré la misma marca: Wrangler; La única que sé que está en talla 54 y que tiene un modelo que me queda bien...
Y las poleras, las encargo a EE.UU. y se demoran mas de un mes en llegar (y no son baratas)

Pero el problema mas grande es la discriminación de las aseguradoras específicamente al momento de solicitar un Crédito Hipotecario.
(continuará...)



* video con rutina que menciono: http://youtu.be/1s3vAWXaLiY?t=36s 

miércoles, febrero 18, 2015

La nueva pilleria de los laboratorios y los médicos

Desde el 14 de Febrero del año pasado (2014) los médicos deben poner en la receta el nombre genérico del medicamento.

El beneficio para el paciente (y nótese que digo paciente y no cliente) es evitar ser perjudicado por un perverso sistema de incentivos que denunció un programa de televisión, según el cual los laboratorios “premiaban” a los doctores que recetaban más medicamentos de ese laboratorio, con viajes a seminarios u otros incentivos. (seminarios que mas bien parecian capacitaciones de concejales, por ser en destinos turísticos).


Obviamente, estos incentivos estaban dirigidos a medicamentos “de marca” y específicamente a los más caros, ya que a final de cuentas el dinero para pagar los  “incentivos” sale del mismo precio del remedio.

Lamentablemente “la pillería del chileno” se da en todo nivel, y ese instinto tercermundista de buscar el resquicio para burlar la norma, al parecer también se da en los departamentos de marketing de los laboratorios.


No tengo pruebas concretas para afirmar que los planes de incentivos se continúen dando, pero desde el punto de vista de un consumidor, puedo ver hechos concretos que me hacen suponer que, antes del año de la entrada en vigencia de la ley de fármacos, la norma se ha vulnerado en desmedro del paciente.


Este invierno tuve una bronquitis muy fuerte. Tuve que ir a la urgencia una clínica, donde luego de nebulizarme, me mandaron para la casa con una receta que entre otras cosas decía Paracetamol 1000 mg
En la farmacia me encontré con que el remedio de la receta se vendía con el nombre de “Supracalm” a $8.390 los 20 comprimidos, y aunque existía otra alternativa de marca, el precio era similar.
Pero el paracetamol es uno de los remedios más baratos.
El genérico de 16 comprimidos de 500mg en la misma farmacia cuesta $390.- es decir menos de $25 por pastilla; Mientras que cada pastilla del de marca cuesta $ 420.


Una dosis del génerico (2 pastillas) cuesta $49 aprox.  mientras que la misma dosis del de la receta (1 pastilla) cuesta $420; cerca de 9 veces más.


En su momento pensé que podría tratarse de un caso aislado, pero hace algunas semanas fue mi hija la que cayó a la urgencia de la misma clínica.


Esta vez la receta decía cefadroxilo 500mg/5ml


Al llegar a la farmacia y consultar el precio del genérico, me encontré con que costaba $1.890.- pero en presentación de 250mg/5ml (de 100 ml)
Al llegar a la caja, me indican que el remedio en 500mg/5ml de 100ml, se vende con el nombre comercial de “Cefamox” y su precio es de $21.590.-

Es decir, la dosis de 500mg con generico (10 ml) cuesta $189, mientras que la misma dosis, en la forma que dice la receta (5ml) cuesta $1.079.- esto es casi 6 veces más.

¿Es coincidencia que esto me haya pasado 2 veces en un año en la misma clínica?,
¿Es coincidencia que esto me haya comenzado a pasar justo el año en que entra en vigencia la ley de fármacos?


Una persona común y corriente confía ciegamente en su médico… literalmente uno pone su vida en manos de un desconocido, porque confía en que “el sabe mas que uno”, en que “para algo estudió tantos años” y porque uno sabe que “hizo algo de un juramento hipocrita


Por eso cuando una persona común y corriente llega a la farmacia con una receta, en general compra lo que le recetaron y no empieza a averiguar por el “principio activo”, ni si esto es lo mismo que eso otro…
A lo más, si el precio se escapa mucho del presupuesto, uno pregunta al farmaceutico si no tiene alguna “alternativa” (es irónico que hasta antes de entrar a la farmacia era un remedio y luego se transforma en un problema para el que hay que buscar una “alternativa”).


Ahí el farmacéutico puede asesorarte y guiarte… y probablemente te recomiende la alternativa de doblar la dosis del genérico de menos miligramos;  Y si no tienes seguro de medicamentos, terminó el problema...


Pero si tienes seguro, la receta debe ser enviada a la compañía, y el medicamento vendido tiene que ser exactamente el mismo que dice la receta.
Si elegimos una alternativa distinta a lo que dice la receta, aunque sea más barata, perdemos el el beneficio del descuento del seguro (descuento por el que normalmente se paga mensualmente)  
Por lo tanto, va a depender del porcentaje de descuento del seguro para ese medicamento en específico, si la alternativa conviene o no.


Es decir: O uno paga varias veces el valor real del medicamento y usa el seguro, o uno paga el 100% del valor real (a pesar de estar pagando mensualmente por un seguro de medicamento)

En mi caso, el seguro me cubre el 50% del valor del medicamento de la receta…
osea, con el paracetamol podía respetar la receta y “gracias al seguro” pagar “sólo” $4.195.-
O si no hacer una compra con “otra boleta” y “sin receta”; perdiendo el beneficio del seguro y pagando el precio completo por doble de cajas de paracetamol genérico por $780.-
(No hay donde perderse… y en el caso del antibiótico de mi hija, también convenía mucho más cambiar la receta y no usar el seguro)
Que lata tener que estar sacando cuentas y tener que ir con calculadora a la farmacia, para evitar que los negociados entre doctores y laboratorios terminen haciéndonos pagar de mas. Por suerte hoy la información hoy está más la mano…
(Y ojo, que este problema no es con las farmacias… gracias a que en las farmacias tienen los precios de manera pública, y a quimicos farmaceuticos que te pueden orientar, es que podemos darnos cuenta y no dejarnos estafar nuevamente por los laboratorios)