miércoles, diciembre 01, 2010

De Nudismo y Moral (Parte 2)

(Esta es la segunda parte de la entrada "De Nudismo y Moral")

En definitiva, que mostrar el poto sea inmoral es una inconsecuencia tremenda, ya que es una parte del cuerpo que todos tenemos y ya que además, el poto es algo de "conocimiento público" gracias a la moda.
¿Pero qué hay del resto?

Tengo una teoría con respecto a porque los hombres miran ciertas partes de la mujer más que otras y que se remonta a la época de las cavernas, en lo profundo de lo instintivo, en nuestro ADN más primitivo, antes de la familia.

Se puede filosofar mucho sobre el sentido de la vida, pero a todos los seres vivos nos mueve un instinto primario que es "la conservación de la especie".

El primer "sentido de la vida", es aquel que tienen todos los seres vivos: lograr que la especie no se extinga. Esto es lo que hace a un salmón nadar contra la corriente y morir rio arriba sólo para dejar sus huevos en un lugar seguro; Es también lo que hace que el macho de la mantis se aparee con su pareja y luego le sirva de alimento, este instinto es aún más grande que el de supervivencia.

En este contexto, en el comportamiento humano existen muchos vestigios de acciones relacionadas a la elección de la mejor pareja para procrear.
Por ejemplo, muchas personas se sonrojan frente a personas por las cuales se sienten atraídos. Esto es una reacción natural del cuerpo para mostrarse "sano". Una persona que quiere asegurar su descendencia en el mundo primitivo, no debía elegir a alguien enfermo, y una cara pálida podría ser señal de enfermedad o debilidad por mala alimentación. El reflejo de sonrojarse, es una forma de parecer más sano ante la potencial pareja, demostrando que se es una opción válida para procrear.

La mujer tiene glúteos más grandes que el hombre, ya que allí almacena las reservas de grasa que necesitará al amamantar; además, caderas anchas pueden significar un parto natural más seguro y senos muy pequeños: problemas para amamantar. Por lo tanto, el hombre, en lo más profundo de sus impulsos, tiene estas señales grabadas en su instinto, por lo que por naturaleza tendería a fijarse en aquellas partes.

Pero han pasado algunos miles de años y la sociedad ha cambiado. Ya no nos apareamos con cada hembra sonrojada, porque encontramos una mejor manera de asegurar la descendencia, a este método se le llama familia.

Cuando el hombre toma conciencia del proceso de apareamiento, cuando sabe que la mujer embarazada es consecuencia del acto sexual en que fue parte y que las crías también le pertenecen aparece la familia. El hombre se hace cargo de proteger a su mujer e hijo (ok, todavía existen algunos que no lo hacen, que golpean a su familia o no pagan las pensiones de alimentos, pero hay que comprender que la evolución no avanza igual de rápido para todos)

Se mejoran las condiciones de vida, con lo que la supervivencia de mujeres embarazadas y niños se eleva. Ya no es necesario tener decenas de hijos con diferentes mujeres para que el ADN de determinado cavernícola llegue a adulto. Comenzamos a crecer como sociedad, a civilizarnos y el varón protector comienza a tomar relevancia y a mandar, y en la medida que su poder aumenta comienza a relegar a la mujer, a quitarle derechos.

Antes de la familia, el cavernícola necesitaba aparearse con la mayor cantidad de mujeres posibles para lograr descendencia, ya que no conocía de periodos fértiles y no brindaba ni la protección, ni la ayuda que necesitaba la embarazada en una época donde no existían ni hospitales, ni jabón, ni supermercados.

En estas primeras sociedades con familia, el hombre aún mantiene su instinto de aparearse con muchas mujeres, pero lo reprime en aras de esta nueva estrategia. Dicen que la prostitución es el oficio más viejo del mundo, y nace justamente para aplacar el instinto de ese hombre primitivo. Por otro lado, conociendo su propia realidad, teme que otros igual de calientes que él, se apareen con su mujer. Esto sería fatal para la estrategia de conservación de la especie recién aparecida, ya que ¿De qué serviría este método si no puede estar seguro que los hijos y mujer que protege sean también de él?

Esta inseguridad lleva a este hombre primitivo a esconder a SU mujer, (quien a esas alturas ya es considerada como una posesión) tapando todo aquello que pudiera hacerla parecer apetecible para procrear, a la vista de otros machos, especialmente:
Glúteos (reserva de grasa para producir leche), senos (para amamantar) y principalmente sus zona genital, para dificultar la tarea a quien quisiese usar una mujer ajena para engendrar descendencia propia.

Hasta ahora los hombres estamos quedando bastante mal parados, pero con la llegada de la religión la cosa se puso peor.

(continuara...)

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