El fin de semana vi el musical nominado a 14 premios Oscar “La La Land” y me gustó muchísimo, pero antes de recomendarla debo decir que no es para cualquiera y que estoy seguro que a muchos que conozco no les gustará.
Antes de la película comenzaron los trailers. Ahí noté que no soy del “grupo objetivo” de ninguna de las películas que se anunciaban. Como “50 sombras de grey” u otros dramas dignos de hallmark channel, los que por un momento me hicieron dudar de que haya sido una buena elección la película que estaba a punto de ver.
Con respecto a la trama, aunque en “Ciudad de sueños” (titulo que le pusieron en latinoamérica y que me parece mas acertado que el español "ciudad de las estrellas"; que es el título de una canción de la película, no de la película) hay una historia de amor, creo que la película, más que una película DE amor, es una película sobre los sueños y los sacrificios que hay que hacer para cumplirlos; sobre el camino hacia la realización personal y como a veces hay que “transar” o “venderse”... (O más bien “arrendarse”) antes poder llegar a ser esa versión de ti que siempre soñaste… como los directores de cine que hacen comerciales para financiar sus películas, o los cientos de talentos creativos que hoy están haciendo vídeos corporativos de empresas en productoras que les pagan mal.
De hacer las cosas porqué te gustan y que no te importen las criticas, si tú estás conforme con tu trabajo debes estar feliz, porque aunque escuches críticas negativas puede que haya gente a la que le guste tu trabajo y que no haz escuchado.
Con respecto a la forma… bueno es un musical, requiere de esa complicidad del espectador para creer en la historia a pesar de que gente que no se conoce de repente comienza a bailar en total coordinación con el resto, cantando una canción que (mágicamente) todos se saben, acompañados de una música que sale de quién sabe dónde.
Pero ¿saben que?, No es tan raro.
El otro día escuchaba una rutina de stand Up, donde hablaban de cómo la fantasía (o inocencia) de los niños les permitía “creer”, aún cuando era tan evidente la mentira…. Como en los monos tipo “Mickey mouse” de cumpleaños o viejos pascueros con disfraces muy malos.
Bueno, no es que esa complicidad se pierda, solo se transforma, pero si se fijan, de mayores no cuestionamos que un tipo mordido por una araña camine por las paredes; ni que la explosiones suenen en el vacío y hasta creemos que la lucha libre no está arreglada…
Y lo hacemos de la misma manera que el niño pasa por alto la proporción incorrecta de las partes de la cabeza del Mickey con disfraz pirata, o de la barba suelta del viejo pascuero.
Si una película es como una novela, un musical es como un libro de poemas; es menos literal y con más figuras retóricas… y si, puede ser muy raro que una pareja de repente se ponga a flotar por los aires, sin ninguna explicación de porqué en un momento dado de la película fallo la ley de la gravedad… pero es retórica.
No se si sea una película “esencial”, no creo que su guión (a nivel de historia) sea tan especial; pero es una película bonita de ver. Creo que va fijo para los oscar que tengan que ver con fotografía, montaje y arte.
La composición de los cuadros; la luz, muchas escenas en exterior al atardecer, con un cielo que me hacía pensar “deben haber tenido muy poco tiempo para filmar esas tomas, porque los minutos de esa luz son muy pocos cada día”...
Mucho plano secuencia y poco estabilizador de imagen le dan ese aire clásico de antes de toda esta tecnología, con travellings digitales que parecen tomas de juego de video y que tanto abundan en el cine más contemporáneo.
… a mi me gustó.
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