lunes, agosto 31, 2009

Mi experiencia en Playa Luna (09 de marzo de 2009)

Hace tiempo que había dejado de escribir en el blog porque tenía muy pocas visitas y las pocas que tenía llegaban buscando algo nada que ver; así que pensé que era mas eficaz escribir notas en facebook.
Considerando que ahora tengo mas visitas y que estoy siendo referenciado de otro blog muy bueno, voy a comenzar a hacer una recopilación de entradas antiguas que no hayan quedado obsoletas (como la gripe porcina que ya todos saben que no es el fin del mundo, o la forma de programar de Vasco Mulian que ya lo echaron)

Y comenzaré con esta nota, que escribí en marzo de este año, después de vivir la experiencia de ir a la playa nudista de Horcón.

Había leído en blogs a gente tratando de describir la experiencia de ir a una playa nudista y tras vivir personalmente la experiencia concuerdo con que es algo que muy difícil de describir en palabras.

Creo que la ropa, como las joyas o el maquillaje; son mascaras que usamos para cubrir nuestras inseguridades.
Puedo usar una polera suelta para ocultar mi guata y junto con ella la inseguridad a que se rían de mi cuerpo, del mismo modo que una persona baja puede usar tacos para ocultar su estatura. Otras personas pueden usar ropa de marca para mostrar -o aparentar- que tienen buena situación económica, ocultando su miedo a que la miren en menos.

La playa nudista queda en Horcón, y para llegar hay que caminar cerca de una hora, leí por ahí que son 3 kilómetros.
Es una caminata rica, porque es a la orilla de la playa donde no hace calor, y si te da calor te puedes acercar al mar mojándote los pies al caminar; Además el paisaje es muy bonito y mientras caminas, escuchas al mar y a las gaviotas.
Cuando llegas se siente extraño al ver que están todos desnudos, te das cuenta que las personas que están ahí son personas normales, como uno y no es difícil encontrar gente con los mismos defectos que tu ocultas y de pronto te das cuenta eres tú el diferente, el único con ropa, el raro.

Dejé mi mochila en la arena, puse la toalla y sin pensarlo dos veces me quité la ropa y me tiendí en la arena.
Podría ser el que no haya dormido bien la noche anterior o podría ser la larga caminata, pero al tenderme en la arena me relajé completamente, como hace tiempo no me había relajado escuchando el mar y las gaviotas con los ojos cerrados. De vez en cuando abro los ojos y veo el mar, las gaviotas y la gente que me rodea.

Sin embargo, en mis vacaciones también fui a otra playa que requirió de mucho mas esfuerzo físico para poder llegar, y al hacerlo no me relajé como en playa "la iglesia", entonces no es la caminata; el relajamiento tiene que ver con el estar desnudo en una playa donde todos también están desnudos.

Al quitarte la ropa te quitas las mascaras que cubren tus inseguridades y te muestras con todos tus defectos, "al que le guste bien y al que no... mala suerte, este soy yo".
Creo que al estar rodeado de gente que está en la misma que tu; al ver a gente con tus defectos que se pasea tranquila, sin vergüenzas, al ver que nadie te juzga ni se ríe; junto con tus mascaras te quitas el peso de cargar con ellas y eso te relaja, te hace ver que no tienes nada de que avergonzarte, nada que ocultar y con ello viene una sensación de libertad muy grande.

Allá a simple vista no hay ricos o pobres, tampoco mucha diferencia de tribus urbanas (en pelotas un hippie y un metalero no son muy distintos... ambos tienen el pelo largo :P), sólo hay personas como uno, y todos somos un poco mas iguales que afuera.

Esto que escribo puede ser muy parecido a lo que leí y lo que pensaba antes de ir a la playa, pero que no es posible entender sin haberlo vivido.
Es una experiencia totalmente recomendable y espero poder volver a vivirla.

Playa La Iglesia ha existido desde hace muchos años, pero fue validada como playa nudista y se hizo pública gracias a un grupo que la rebautizó como "Playa Luna". No es necesario ser miembro ni pagar cuotas a este grupo para ir. Es una playa pública a la que cualquiera puede ir y si no la conocen, les recomiendo que vayan: es una experiencia única.

1 comentario:

markito dijo...

Francisco
Buen relato, hace años que voy a Horcon , y la sensación de libertad es increible.
sds
marco