martes, noviembre 01, 2016

Guns and Roses en Chile

(un post personal)

Llegué más o menos temprano para quedar  más o menos adelante, y de hecho quedé más cerca del escenario que cuando fui vi a “Los Tres” en la plaza de La Pincoya.
A las 6:45 “transmití en vivo” para el facebook y cerca de 2 horas después eran recién las 7… “esto va a ser para largo” pensé, y me senté.
En la medida que el estadio se fue llenando, todos los que estábamos sentados nos parábamos y nos apretabamos más adelante. Cada cierto rato hacíamos eso, sin comunicarnos, éramos como un cardumen, de repente, vaya a saber dios porque, todos nos movíamos en una misma dirección.

Mientras sonaba “Smoke in the water”, un rockero maduro, medio pasado de copas desafio a la mayoría joven, a decir quién estaba sonando por los parlantes; Porque claro, como son jóvenes “no sa’en na’ de rock” y antes de que alguien contestara gritó “Deep Paper, poh… Grande Deep Paper”: Carcajada generalizada.

Fui fumador pasivo de la buena y de otra que era pura rama… fue tanto que en un momento me sentí mareado y no sé si fue cansancio o la hierba.

Los teloneros no sé cómo se llamaban, porque no entiendo mucho el tipo de letra “rockera”... el tipo de rock de los teloneros era más pesado de lo oyen normalmente mis oídos poperos, pero igual me gustó la canción “destroy the system”.
A las 9 todos nos pusimos nerviosos, el escenario estaba listo, pero con el historial de Axl temíamos que no apareciera, pero al poco rato se apagaron las luces y comenzó el concierto que había esperado 24 años.

El 92 era muy chico y no tenía ni plata, ni permiso.  También era mucho más fanático de los guns, nivel “tener póster en la pieza” y un cuaderno con las letras y acordes de las canciones.
Por eso sentí tanto el haberme perdido el concierto del ‘92 en el nacional.  Esa noche la “Rock & Pop” estrenó un programa llamado “en directo rock & pop”  donde programaban un especial en vivo. Supongo que no fui el único en jurar de guata que estaba escuchando el concierto del Nacional en directo cuando, probablemente, era el de Tokio “en grabado”…

Al tiempo después lo transmitieron por la radio...no sé si fue la Concierto o la Futuro… o ambas. Recuerdo que no tenía un cassette virgen para grabarlo, y como duraba más de una hora y ante el apuro, grabé sobre un original de Mercedes Sosa que no era mío.

También lo vi por TVN, donde cortaron todo el “incidente” de Civil War, en que el concierto se suspendió por largo rato y un taimado Axl amenazaba con irse sin terminar el show. (disponible en google play music y supongo que también en spotify)


Pero el sábado fue distinto, y cuando puntualmente comenzó a sonar “It’s so esay”, quedó la cag’á

A estas alturas cabe señalar que el viernes recién me habían dado el alta luego de lesionarme un pie por un accidente en moto; ya camino, pero aún cojeo un poco.

“tum, tu tum, tu tum, tu tum” suenan las cuerdas y todos nos apretamos varios metros más cerca del escenario.
“I see your sister in her sunday dress”, canto pero no escucho mi voz.
“She’s out to please, she pouts her best”, no creo que cantar sea el verbo adecuado, mas bien grito.

Todos saltan a mi alrededor, pero no son saltos ordenados de arriba a abajo, son saltos con empujones. Con la adrenalina, olvido mi pie malo y salto también, soy parte del cardumen.

“It’s so easy, esay, When everybody is trying to please me, baby!”, la cancha es como un mar en medio de una tormenta, las caras conocidas se pierden y se revuelven.

“Yeah!!” termina la canción, y agrego un “uuuhhh!!!”: Fue una catarsis.

Yo nunca “vacilo” en los conciertos. Canto, me paro cuando es necesario; en un tema bailable puedo bailar; pero gritos y saltos nunca; hasta las palmas me cuestan un poco, pero esta vez era diferente; no era yo, era el cardumen.

En la segunda canción bajó la adrenalina. comencé a asustarme por mi pie y a tratar de saltar solo “arriba, abajo” resistiendo los empujones, e interrumpía para dar paso a mujeres y familias que huían de adelante, mientras pensaba “ya no estoy en edad de esto”

Yo tenia el telefono listo para grabar para el face, pero sacarlo en medio de esa tormenta era muy peligroso… aunque muchos grababan a pesar de todo.
La tercera, fue otra conocida, creo que Welcome to the jungle, lo que reavivó la tormenta. Decidí huir un poco hacia atrás;  Desde ahí recién me atreví a sacar el teléfono y grabar un poco.

En cuanto al concierto propiamente tal,  estuvo bueno, aunque me sobraron y me faltaron canciones.
La gran ausente fue “Patience”, que si tocaron en Lima después del bis.
Hubo canciones menos conocidas que se agradecieron como “double talkin jive”, aunque sí estaban tocando canciones menos populares pudieron haber tocado “so fine” o “dead horses”
hubo tiempo para tributar a pink floyd, con “whish you’re here” y Slash, al igual que en el 92, tocó el tema de el padrino.

Slash es un show aparte; viéndolo en vivo puedes entender porqué Guns and Roses sin Slash no es Guns and Roses… es Axl y su banda. La manera en que domina la guitarra es un plus que lo hace tanto o más importante en el espectáculo que Axl.

Y Axl, bueno, tanto se ha dicho de Axl, que la guata, que la edad, que los ojos.
Físicamente no lo encontré tan “cagado” como dicen, al contrario, después de un rato te acostumbras, asumes el cambio y es el mismo, con la misma fuerza corriendo de un lado al otro del escenario.
Ya no canta tanto eso sí; en las canciones más gritadas no se nota, pero en los lentos hay notas altas a las que no llega y escuché más de alguna desafinada.  Recordaba a mi profe de música de media cuando decía “ese pobre hombre en algunos años no va a poder cantar, es una irresponsabilidad lo que le hace a su garganta cantando así”

Pero todo lo que le faltaba de voz le sobraba de actitud, no era el Axl enojado y amurrado del 92, era un Axl que disfrutaba de estar en el escenario haciendo música; creo que hasta sonrisas vi en la pantalla gigante.

En resumen, lo pase muy bien. Todo valió la pena por escuchar Estranged en vivo.
El gran final hubo fuegos artificiales y papel picado y cuando la música paró, supe que no me había equivocado, ese era un concierto que no me podía haber perdido.




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